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NUM. 1.º

Precio de la suscricion.—Madrid: por números sueltos a 2 rs.; tres meses 22 rs.; seis meses 42 rs.; un año 80 rs.

MADRID 7 DE MARZO DE 1869.

Provincias.—Tres meses 28 rs.; seis meses 50 rs.; un año 96 rs.— Cuba , Puerto Rico y Extranjero, un año 7 pesos.—América y Asia, 10 a 15 pesos.

AÑO XIII


REVISTA DE LA SEMANA.

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is veces se habrán visto í> atareados los ociosos ■jadores de comentarios, ¿im es la muchedumbre perspectivas que a cada instante ofrece Ja verdade ra linterna mágica de nuestra existen cia. No bien desva necida la plancha fantasmagórica que figurabaal ruso, ca mino de Constantiuopla, toma el lugar de la cuestión de Oriente, la nue va cuestión asiática que trae á los ingleses con la barba sobre el hombro, mirando algo amostazados los pro gresos que las legiones del Czar hacen en el Asia cerca de su territorio, con la. idea de formar un imperio uni versal en la India, ya que no en el universo, como so ñaron otros Alejandros. Verdaderamente la política moscovita es inquieta, sospechosa é invasora, y, ya que no vencer, se propone tentar el vad > en todas di recciones y por todos los medios hoy conocidos , aun que sea olvidándose de convidar al representante turco a un baile dado por su embajador en Berlín, por lo cual Abdul-Azis tiene el derecho de pedir explicaciones que dará el ministro asesorándose del gran maestre de ce remonias y etiqueta de la córte. Hé aquí un casus belli, dicen los diplomáticos sin uniforme, porque tamaños descuidos no se hacen sin cuidado. Cuando una poderosa nación llega hasta el punto de impedir que baile un embajador, algo hay, pues por also empiezan las aventuras. Dígalo si no la cuestión de los ferro-carriles belgas. ¿Por qué el ministerio presentó una ley prohibiendo la

MADRID 7 DE MARZO DE 1869.

Proviscias.—Tres meses i8 rs.; seis meses 50 rs.; un a fio 96 rs.— Cuba , Puerto Rico v Extranjero, un ano 7 pesos.—América i Asia, 10 i 15 pesos.

venta de líneas férreas á extrañas compañías? O vol viendo la oración por pasiva: ¿por qué la compañía francesa de las líneas orientales quiso comprar la gran línea del Luxemburgo? Ahí es nada lo de lulos, máqui nas y resortes que se han movido tras de estos bastido res de una transacción frecuente en el comercio. Napo león anda en el juego por un lado, y el conde de Bismark por otro. La línea del Luxemburgo es un preli minar de grandes cosas que tiene allá en su intención el gran oráculo de las Tullerías. Bismark, que es un Linceo , le ha parado el golpe influyendo en el gabinete de Bruselas. Y si no , véase el tono de la prensa oficial de París, y cómo lanza fieros contra el liliputiense es tado que se atreve á hacerle cara y oposición: por don de se prueba, que en tratándose de potencias de ter cer órden se puede desde luego alzar el gallo y amena zar hasta con el gran argumento cetáceo que es la absorción ó anexión. Esto no quita, que si la sobredi cha potencia tiene á sus espaldas un padrino como la Prusia, pueda contestarle en tono de capilla y hacer tanto caso de las amenazas como Juan Haldudo hizo de las de Don Quijote. En resumidas cuentas, con una mayoría de treinta y seis votos se aprobó por el senado belga la ley 'mencionada y el gobierno francés ha sufri do el desaire con la dignidad de un César. Después de todo, no ha ardido Europa, y El mundo, en tanto, sin cesar navega, Por el piélago inmenso del vacío. Francia no llamará hoy mucho la atención por cons tituciones que formar, hacienda que levantar, enemi gos que combatir , instrucción que difundir, guerras que sostener ó abusos que destruir, pero el cuerpo legislativo lia celebrado sesiones de interés ciertamente cosmopolita , porque todo el mundo está mas ó menos interesado en la cuestión del hermoseamiento de la nueva Palmira. Mr. Rouher, que está escribiendo la historia de la opinión pública en Francia, debiera estudiar también la del mundo para considerar si obra ba con prudencia haciéndose orador de oposición y lanzando denuncias contra los abusos é irregularida des que, bajo la administración Haussmann , han pro ducido un nuevo París , donde el sol es el gran pro pietario del terreno y el aire fresco y embalsamado el perfume que sustituye á los miasmas y fetidez insopor table de las antiguas callejuelas tortuosas , enjambres

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de trájicos argumentos para novelistas. Ello es lo cierto que al prefecto del Sena deben los galenos gran dismi nución de pacientes, y aunque no fuera mas que por esto, se debia de hacer la vista gorda sobre ciertos 3ares y tomares, que no nos entrometemos á averiguar. Mejor seria que se limpiase una ciudad con toda lim pieza, pero el interés y la avaricia de los propietarios lo añascan todo , y no hay manera de luchar con tales enemigos. Como cuestión de imparcialidad no hay duda de que la conducta del ministro es laudable. Unicamente es de sentir que los forasteros se solacen por los boulevards y jardines de la gran ciudad, á cos ta de perjuicios de tercero. La descarnada anda solícita por entre el gran mun do de las ciencias y de la política en el período que atravesamos, como si estuviesen de sobra los grandes hombres. Entre otras , tenemos que lamentar la pér dida del gran poeta Lamartine (á quien el pueblo francés pagará la gloria con piedras, que es la manera de agradecer de los pobres humanos) ; y la del presi dente del Senado Mr. Troplong, eminente, desde su juventud, como miembro del foro á cuyas mas altas dignidades subió en pocos años, y autor de varias obras sobre materias legales, como el Código civil esplicado; el libro de Los Privilegios é Hipotecas; el de Las Donaciones, y el Contrato matrimonial ; tra tados indispensables en Francia para cuantos se dedi can al estudio de las leyes. En Inglaterra se prepara, á una con los grandes proyectos sobre la condición de Irlanda , un bilí para la represión de los crímenes que recientemente han aumentado de una manera fabulosa. Al mismo tiempo se indulta de toda pena á gran número de fenianos, á quienes se les considera como gentes calenturientas que por ahora no han de derrocar el irono de Ingla terra , y por consiguiente se les da el pasaporte para que vuelvan al seno de sus familias. En medio de esto, y de la natural agitación política que promueve la cer teza de hallarse en vísperas de grandes y trascenden tales reformas religiosas y económicas , no ha dejado de llamar vivamente la atención el extraño proceso que durante tres semanas ha presenciado el público, a consecuencia de demanda de una monja, ó mejor dicho , una hermana de Caridad, contra la superiora y la comunidad , quejándose de las torturas y martirios á que la sujetaron á fin de espulsarla del convento.