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Y ANTI-MAQUIAVELO.

escandalosos, y Augusto I, rey de Polonia, que galanteaba a parceria con sus súbditos, no fueron aborrecidos a causas de estos vicios. Si la libertad romana hundió tantos puñales en el pecho de Cesar, fue porque Cesar era un usurpador, no porque fuese lascivo.

No faltará quien oponga, en defensa de Maquiavelo, la espulsion de los reyes de Roma, ocasionada por el atentado de Tarquino contra la castidad de Lucrecia. A esto respondo que la revolucion de Roma no fue debida al amor que el jóven Tarquino profesaba a la bella romana, sino al modo violento con que quiso manifestarlo; y como su violencia despertaba el recuerdo de otras peores cometidas por los Tarquinos, el pueblo se aprovechó de aquella ocasion para vengarse de ellos. Digo esto, suponiendo que la aventura de Lucrecia no sea fabulosa.

Y no se crea que es mi ánimo escusar en los príncipes el amor a los galanteos: esta inclinacion es censurable segun los preceptos de la moral; pero niego que sea causa de aborrecimiento para los pueblos, como pretende Maquiavelo. El amor a las mujeres es una debilidad escusable hasta cierto punto en los buenos príncipes, siempre que no la acompañen la violencia o la injusticia. Un rey puede enamorarse con tanta facilidad como Luis XIV, Carlos II de Inglaterra, o Augusto I de Polonia; pero no debe imitar ni a Tarquino ni a Neron.

Observemos de paso una de las muchas contradicciones que abundan en la obra de Maquiavelo. En este capítulo dice que el príncipe debe tratar de atraerse el amor de sus súbditos, como medio seguro de evitar las conspiraciones; y en el capítulo XVII sostiene que debe pensar sobre todo en hacerse temer, porque no se puede confiar en el amor de los pueblos. ¿Cual de estas dos opiniones es la verdadera del autor? Maquiavelo habla como los oráculos, a fin de que cada cual pueda interpretarle segun convenga; pero debió tener presente que el lenguaje de los oráculos era el lenguaje de los impostores.

Las conjuraciones y los rejicidios no están ya en moda por las mismas razones que el autor alega. En este respecto, pueden los príncipes vivir tranquilos; solo el fanatismo relijioso es capaz hoy dia de poner en juego estos resortes. Entre las muchas cosas buenas que dice Maquiavelo sobre esta materia, hay una que, en boca suya, pierde toda su escelencia, porque le falta sinceridad. «Los conspiradores, dice, pierden gran parte de su valor por temor del castigo que les amenaza; mientras que el soberano tiene en ventaja suya la majestad de su mando, la autoridad de las leyes, etc.» ¿De qué leyes habla el autor puesto que su sistema de gobierno se funda en la tiranía pura, en la usurpacion, en el interés y en la crueldad?

Razon tiene Maquiavelo en aconsejar a los príncipes que procuren atraerse las simpatías del pueblo y de los grandes, estableciendo juezes magistrados que decidan entre ambas clases, para evitar de este modo la odiosidad del fallo. Es estraño que un escritor tan amigo del despotismo y de la usurpacion nos proponga ahora el ejemplo del gobierno de Francia, y apruebe el poder que en otro tiempo tuvieron los Parlamentos en aquel pais. Yo creo, sin embargo, que, si hay en la actualidad algun gobierno que merezca servir de modelo a los demas, ese gobierno es el de Inglaterra, donde el Parlamento es el juez entre el pueblo y el rey, y donde el rey tiene ámplios poderes para hacer bien, y está incapacitado para hacer mal.

El autor emprende en seguida una larga discusion sohre la vida de los emperadores romanos desde Marco Aurelio hasta los dos Gordianos, y atribuye la causa de aquellos frecuentes cambios de soberanos a la venalidad del Imperio. Pero no fué esta la causa: Calígula, Claudio, Neron, Galba, Othon y Vitelio tuvieron un fin funesto sin haber comprado a Roma como Didio Juliano. La venalidad fue una razon mas, que contribuyó al asesinato de tantos emperadores