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Y la sola inocencia
Es la poseedora de esta ciencia.
Entiende pues, que espíritus sin cuento,
Que giran de tí en torno ciento á ciento,
Que dirigen su vuelo
En toda la estension del bajo cielo,
Aun que invisibles todos con sus alas
Vuelan sobre tu anillo y demas galas.
Piensa que un equipage arriba tienes;
Tus pages y tu silla y otros bienes
Con desprecio los miras:
Lo que vosotras sois un tiempo fuimos
Y el molde femenil tambien tuvimos:
Mas no creas que cuando abandonamos
El terreno carcáz y acá volamos,
Con la vida perdimos
Todas las vanidades que tuvimos;
Suceden vanidades, conservando
La inclinacion primera:
Y si naipes amaba antes que muera,
Si ahora los vé, tambien contenta fuera:
Si amó dorados coches cuando vive,
Si la hechizó el tresillo, sobrevive
Esta misma aficion que siempre agrada:
Y si la hermosa fuese arrebatada
Con la fuerza y poder de su hermosura
A su elemento primo, el alma gira
Con su fogoso espíritu de llama
De inquietud voladora y siempre pura,
Y entonces se le llama
Salamandra, que ardiendo nunca espira.
Almas suaves buscan la corriente
Del claro rio y beben dulcemente
Grato té elemental: y orgullo fiero