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Y al celebro lo guian diligentes,
Y sus llorosos ojos son dos fuentes,
Y estornuda, y el domo resonando,
Su nariz vuelve el eco rimbombando.
Tu hora te ha llegado,
Encendida Belinda, asi exclamaba,
Y una borquilla le clava en el costado.
Esta daga es la misma que adornaba
A su tercero abuelo en torno al cuello,
Con anillo que lleva un triple sello,
Y que despues fundida,
En un broche gentil fué convertida,
Que el trage de su viuda sostenia;
De su nieto despues pasó a ser pito,
Que con su cascabel tocar solia;
La madre de Belinda lo hizo horquilla,
Y despues que sirvió tiempo infinito,
De Belinda rizó la maravilla.
No te jactes cruel, fiera homicida,
Insultando orgullosa mi caida,
La replicó Milord; sin gran trabajo
Otro te pondra á tí mucho mas bajo;
No pienses humillar mi altivo pecho,
Solo siento el despecho
De te dejar . . atras . . . Antes que sea !
Y que vivo i Belinda! yo te vea;
Pero ardiendo en las llamas de Cupido:
Pero que yo arda vivo, te lo pido.
" Entrega el rizo" resonar se oyera
Y" entrega el rizo” resonó en la esfera:
Ni Otelo con tal furia rebramara
Por el pañuelo que el dolor causara.
Mas cuantas veces la ambicion se obliga
A perder su trabajo y su fatiga;