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Un rizo luminoso:
(Ni tal de Berenice reluciera
La inmensa cabellera),
Que con descabellada luz el cielo henchía,
Emulando su brillo al Dios del dia.
 Los Sylphos ven su luminoso vuelo
Y lo seguian por el ancho cielo;
Lo ven los bellos Dandys desde el Mallo
Y lo aplauden con músicas y danzas;
Y si de Rosamonda está en el lago
Algun tierno amador sin esperanza,
La cree de su amor feliz presago,
Y la adora sumiso y fiel vasallo,
Y sus votos dirige á Venus nueva,
Que con mas brillos al Olimpo llega;
Y el buen patricio, el sabio almanaquero,
Si con ojos la vé de Galileo,
Allí verá cumplido su deseo,
Contemplando en el plácido lucero
El destino fatal de Luis el vano
Y la ruina total del Vaticano.
 Calma ¡brillante ninfa! enjuga el llanto
Por el robado rizo; que á tu gloria
Ya las doradas trenzas, que ornan tanto
A esas bellezas que ensalzó la historia,
Todas envidian remordiendo el labio
De tu perdido rizo el fiero agravio.
{{brecha{{Cuando veas los rayos apagados
De esos soles que incendian corazones,
Y los muertos se cuenten por millones,
Y al sol de tu belleza en occidente
Cubrir mortales sombras de repente,
Y la trenza encantada
Yazga en el polvo vil casi olvidada;