Página:En el Mar Austral - Fray Mocho - Jose Seferino Alvarez.pdf/24

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página ha sido corregida

22

EN EL MAR AUSTRÁL

mundo y toda su esperanza para llegar á la realización de sus ilusiones —muchas y complicadísimas.

Era mi compañero y protector, segun creí comprenderlo, m desertor de cierto barco, holandés que había tocado años atras en Santa Crúz, en la costa argentina y que más tarde se había perdido sin dejar ni rastros, eh viaje de La Serena á la costa australiana.

No éra inglés como yo lo había creído sinó norte-americano, pero se había formado en los veleros ingleses que hacen la navegación entre Jamáica y el Continente, llevando róm y azúcar para alimentar las refinerías yankees jamás repletas. Allí, juntamente con la navegación, aprendió á cobrar horror al agua, á ese liquido infame, como él decía, que solo sirve para que los peces se bañen y los hombres se laven la cara.

Navegando de mar en mar, sin distinción de banderas, porque el hombre no tiene más pátria que' el barco que pisa, comenzó á chapurrear todos los idiomas conocidos y aún otros qué no se conocen todavía sinó por escasas personas y ahora, cansado de su asendereada existencia, buscaba un cabe á la suerte para echarse á tierra con el bolsillo lastrado.

Hasta entonces no había logrado sus propósitos, ni siquiera en principios. Trabajando siempre por cuenta de otros, jamás había podido verle las patas á la sota. Ahora las cosas cambiaban: tenía un cútter propio y ánimo suficiente para dar el gran salto y hacerse rico ó morir por ahí, donde quiera, cuando le sonara la hora.

Era casi un desesperado como yo, sinó lo era más, pero tenía mayor coraje y mayor audacia y sabía afrontar con decisión las tormentas de la vida.

—¿Crée que á mí me importa algo no encontrar aquí buen fondo para el áncla?.... ¡Bah!.... ¡judios no faltan!