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EN EL MAR AUSTRÁL

líquenes y musgos, són los únicos remedios que existen para todas las enfermedades y que el primero es el que les da su corpulencia y su vigor.

Entre las mujeres es mejor madre la que cria un hijo más fuerte, como es mejor tierra la que produce un árbol mas lozano y más frondoso.

Todas estas prácticas diarias absorben la madrugada ona y hacen que las marchas sean lentas y pesadas: nunca levantan el campamento sinó con el sól alto y conocen exactamente, por el modo como se ha álzado en el horizonte, si podrán contar con un día sereno ó si se levantaran tormentas de lluvia ó de viento.

Sus útiles de caza són tán sencillos como su vestuario; además de su agilidad y de sus perros, usan la flecha, la honda, una cimbra formada por barbas de ballena y una lazada corrediza de lo mismo, fijada en la extremidad de un palo, é igual á las perdiceras de los gauchos en las pampas argentinas.

Entre ellos el perro es el auxiliar mas poderoso y es cási objeto de veneración por su parte. Con él cazan todos los animales de la región, excepto el guanaco, que lo toman al acecho, ocultándose, en la vecindad d~ sus paraderos y lanzándole sus certeras flechas de silex ó de hueso.

Los demás animales regionales ni són muchos ni de alzada: el tucu-tucu que abunda de una manera extraordinaria y es su alimento y el de los perros, y después las ardillas, liebres, zorros, patos, avutardas y algunas áves pequeñas.

No se conoce el puma, el tigre, ni ninguna fiera ó animál bravío con excepción del perro cimarrón que ellos domestican Y utilizan. Este no es seguramente originario sinó importado y su tipo, desarrollándose á la intemperie y en estado salvaje, ha sufrido una reversión que lo coloca