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VIRGILIO.


CXXXVIII.

Trunco el discurso, y la mortal figura
Deponiendo, á los ojos se evapora
El Dios, raudo cruzando el aura pura.
Descubrióse en la fuga voladora:
Leve han visto los jefes su armadura,
Y áun su aljaba alejarse oyen sonora;—
Y obedécenle ya: de la pelea
Apartan al garzon, que la desea;

CXXXIX.

Y al peligro otra vez sus corazones
Presentan. Por los muros va en aumento
El bélico clamor. Fuertes varones
Tienden el arco, ó del revuelto amiento
Tiran sus jabalinas y lanzones.
Todo de armas se cubre el campamento.
Huecos yelmos doquier suenan y escudos
Con choques leves y con golpes rudos.

CXL.

Arrecia por momentos la batalla.
Naciendo las Cabrillas, de Occidente
Así tambien azotadora estalla
La lluvia; con granizo así estridente
Fiero turbion el piélago avasalla
Cuando el Eter, con austros inminente,
Empuja acuosa tempestad, y el trueno
A las cóncavas nubes rompe el seno.