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VIRGILIO.


III.

»Ya la hora sonará de las batallas
(No el tiempo acelereis), cuando Cartago
Rompa el Alpe, y de Roma á las murallas
Descargue por la brecha horrendo estrago.
Podreis entónces desbordar sin vallas
Hasta rapaces triunfos vuestro amago:
Hora enfrenadle, y con semblante amigo.
Benditas paces afianzad conmigo.»

IV.

Conciso Jove habló. Ménos somera
Fué la espléndida Vénus, que en su duelo
Vuelta al Padre razona en tal manera:
«¡Rey y eterno Señor de tierra y cielo,
Divina Majestad! ¿ni en quién pudiera,
Sino en tí, mi dolor hallar consuelo?
Los Rútulos me insultan: ¡mira, mira
Cómo entre ellos soberbio Turno gira!

V.

«Ya con propicio Marte hinchado llega
Al cerco; audaz le invade: mal seguros
Traban los Teucros áspera refriega
Puertas adentro y en sus propios muros;
Su misma sangre ya los fosos ciega.
Enéas, ¡ay! sus míseros apuros
Ausente ignora. ¿Y contra el duro asedio
Nunca tú, nunca ya darás remedio?