Página:Eneida - Tomo II (1905).pdf/249

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
362]
191
ENEIDA.


LXXVIII.

Entre tanto los árcades soldados
Han venido á un lugar donde el terreno
Dejó un crecido arroyo de arrancados
Arboles, y rodadas piedras, lleno:
Soltando los trotones, mal hallados
En tan fragoso sitio á usar del freno,
Si supiesen, á pié combatirían;
Mas principiaron mal, y pronto cian.

LXXIX.

Palante dar les ve la espalda, y luégo
Mira al Latino que les va al alcance,
Y con voces ya amargas, ya de ruego
(Postrer recurso en tan difícil trance),
«¡Compañeros!» les dice, «¿un pavor ciego
Será que á fuga ignominiosa os lance?
Por tanto paso en que adquiristeis gloria,
Por tanta conquistada alta victoria,

LXXX.

»Por nuestro rey Evandro, y la esperanza
Que en vosotros cifró la ambicion mia,
Émula de mi padre á la alabanza,
¡Oh! ¡volved caras! Hay que abrirnos via
Entre enemigos á poder de lanza;
Y donde grupo hostil nos desafía
Más denso, por allí la Patria manda
Que atraviese Palante con su banda!