Página:Eneida - Tomo II (1905).pdf/257

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
471]
199
ENEIDA.


CII.

»Turno mismo á la meta señalada
Ya llega: el hado inevitable gira
Sobre su frente.» Dice, y la mirada
Del campo de los Rútulos retira.
Palante á esta sazon su lanza osada
Con grande esfuerzo á su adversario tira,
Y arranca de la vaina incontinente
La espada, que en su mano arde luciente.

CIII.

Allí el asta fué á dar donde eminente
La armadura protege al hombro, y pudo
Rasguño leve, al fin, al cuerpo ingente
De Turno hacer, despues que de su escudo
Las orlas penetró. Calmosamente
Fornido azcon que acaba en hierro agudo
Blandiendo Turno estuvo rato largo,
Y estas voces lanzaba en tono amargo:

CIV.

«Tú ahora probarás si es más certero
Mi dardo, y más que el tuyo penetrante.»
Dijo; y aunque de láminas de acero
Cubierto, y férreas planchas, de Palante
El broquel, y aforrado en recio cuero,
Por medio hendió la punta con vibrante
Empuje, y dividiendo la trabada
Loriga, el ancho pecho al triste horada.