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ENEIDA.


XLVIII.

Ó á otra alianza, pues, tentar camino
Ó proponer las paces al Troyano
Será forzoso. El mismo rey Latino
En profunda afliccion cayó. No en vano
Las claras muestras del furor divino,
Y los alzados túmulos del llano
Que recientes se ofrecená la vista,
Incontrastable anuncian la conquista,

XLIX.

Y así el Rey de su corte á los primeros
Varones, en sus altos penetrales
Cita á solemne junta. Ellos ligeros
Van, llenando avenidas y portales.
Venerable entre tantos consejeros
Porsus canas é insignias imperiales,
Grave en medio de todos él se asienta;
Ni es ledo aspecto el que su faz ostenta.

L.

Y luégo á los legados que, cumplido
El cargo, han vuelto del etolio estado,
Manda que de tan grave cometido
Cuenten punto por punto el resultado.
Cesa ya de las lenguas el ruido,
Y obediente del príncipe al mandado,
«Vimos, conciudadanos, á Diomédes,»
Vénulo dice,«y sus argivas sedes.