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VIRGILIO.
LXIX.

»Él toros ántes, como el rito manda,
Inmola; desciñó la venda pia;
El favor de los Númenes demanda,
Y por la mano hácia el altar me guia.
¡Oh Febo! en tu presencia veneranda
Temor yo entónces y temblor sentia,
Cuando comienza, sacerdote sabio,
Heleno á hablar con inspirado labio:

LXX.

«¡Hijo de Vénus! no del prez receles
»Que te anuncian auspicios celestiales:
»Tal es la voluntad de Jove, y fieles
»Tal la necesidad, tus hados tales.
»Empero, porque rueden tus bajeles
»En tu navegacion ahorrando males,
»Y firme gozo al aferrar te quepa,
»Tus destinos, de hoy más, tu mente sepa.

LXXI.

»Cosas hay que decillas Juno, es cierto,
»O sabellas tal vez las Parcas vedan;
»Mas yo entre mucho lo esencial te advierto
»Y anuncios doy que aprovecharte puedan.
»Ante todo, á esa Italia, vega y puerto
»Que á tu corto entender cercanos quedan,
»Aun de tí la separan, á fe mia,
»Largo espacio interpuesto y larga via.