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VIRGILIO.
XII.

Ana habló así; y el reprimido fuego
Torna de Dido en llamas encendidas,
Y en esperanzas del amor más ciego
Las timideces de pudor nacidas.
Juntas, altares visitando, el ruego
Cantan de paz, y ovejas escogidas
Ofrecen, segun rito, á Febo, á Céres
Que leyes da, y al Dios de los placeres

XIII.

Más que á todos á Juno, la que enlaza
Cuellos de amantes con feliz cadena,
La Reina acude, y si ofrecerle traza
Blanca novilla, que inmolar ordena,
Entre uno y otro cuerno ella la taza
De sagrado licor derrama llena;
Y si, ornado el altar, favores pide,
La sacra ceremonia ella preside.

XIV.

Torna á iniciar con cada nueva aurora
Nueva fiesta. Con labios anhelantes
Su destino en las víctimas explora
Consultando las fibras palpitantes.
La ciencia del augur ¡oh cuánto ignora!
Ni ¿cuál rito sanó pechos amantes?
Consume fuego halagador la vida,
Fresca recata el corazon su herida.