Página:Eneida - Tomo I (1905).pdf/203

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
169
ENEIDA.
LXIII.

»¡Huyes de mí! Mas nuestra union te pido
Que recuerdes; y este único tesoro
Que reservé, mi corazon herido,
Mírale aquí, y las lágrimas que lloro!
Si algo te merecí, si hallaste en Dido
Algo de amable, tu clemencia imploro!
¿Mi trono hundirse ves sin sentimiento?
¡Ah! ¡si áun vale rogar, muda de intento!

LXIV.

»Nómades reyes, gentes confinantes
Me odian por ti; mi pueblo me desama;
Por ti inmolé el pudor, y la que ántes
Me alzaba á las estrellas, limpia fama.
¡Oh huésped! en mis últimos instantes
Me abandonas; y ¿á quién? Mi voz te llama
Huésped; fuiste mi esposo. Mas ¿qué tardo?
¿Al extranjero ó al hermano aguardo?

LXV.

»¿Yárbas feroz, que mi persona aprese?
¿Pigmalïon, que mi nacion arrase?
¡Oh! ¡si ántes de esa fuga al ménos de ese
Amor alguna prenda me quedase:
Un tierno Enéas que en mi hogar corriese
Que en su rostro infantil tu faz copiase!
No tan desamparada me veria;
No fuera tan cruel tu accion impía!»