y los principios morales intactos, se amolda á las circunstancias y al medio ambiente, se identifica con las costumbres y con los usos de todos los pueblos en cuanto esos usos y costumbres no lesionan los divinos preceptos que profesa y que propaga. Ejemplo elocuente de mi aserto son los santos misioneros que evangelizan en el Celeste Imperio y en los arenales africanos.
No cabe, pues, afirmar que, ni por el espíritu de sus enseñanzas ni por la rigidez de su funcionamiento, la Iglesia Católica hubiera sido un obstáculo para la prosperidad y adelanto de Suecia.
Parece, á mi ver, más lógico explicar esta prosperidad y este adelanto por las cualidades y por los defectos de los naturales del país, que no por las influencias que hayan dejado de sentir estos naturales. Estudiar las cualidades y los defectos de los suecos equivale á estudiar su psicología y su ética: es decir cómo es el alma sueca y