plina intelectual; la impone y la arraiga por fuerza: la impone porque para saber algo el sueco ha de contentarse con saber una sola cosa y la explotación de ese conocimiento le obliga á moverse únicamente dentro de la esfera en que puede ser útil á la sociedad ese su único conocimiento: la arraiga porque aquello que con trabajo se aprende, además de aprenderse con mayor solidez, inspira mayor amor al estudiante que lo que aprendió sin esfuerzo.
Nada es, por otra parte, más perjudicial á la social disciplina que la osadía de los superficiales enciclopédicos; nada más ventajoso para ella que la noble timidez del que practica el nosce te ipsum, desconfiando de las propias fuerzas. El espíritu aventurero tiene por condición ineludible la fertilidad de la fantasía. En alas de la fantasía abandona á menudo el meridional lo cierto por lo dudoso, deja el oficio en que sus mayores encallecieron sus manos, por el frívolo placer de desco