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E5TELA

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Así fue que al llegar el carruaje a la puerta de la casa de Hortensia, se apareció la mulata que la servía, y encarándose a Estela, díjola: La señorita acaba de marcharse porque tenía que concluir no sé qué preparativos; Me ha encargado dijera a la niña Estela que la esperaba en Palermo: que fuera lo mas pronto posible! -En este caso, voy a bajar del carruaje para que la conduzcan á Vd.-se apresuró a decir X... firme en su propósito de no despertar ninguna desconfianza, de que empezaba ya a apoderarse el ánimo de Estela. -Puede Vd. venir conmigo; así iré acompañada! interrumpió Estela, derramándole una de sus sonrisas fascinadoras. -No rehúso semejante dicha! articuló X... vivamente emocionado ante aquella sonrisa. Y dirigiéndose al cochero, agregó: -A Palermo, pronto! El carruaje partió entonces a todo escape. X... dijo a Estela después: -Doy gracias al cielo por la merced que me otorga, ofreciéndome la ocasión de poder reiterarla, libre de todo testigo incómodo, los sentimientos de respeto y cariño que tan en alto grado la profeso! Y dando a su actitud toda la expresión de la mas perfecta ternura, agregó: