Página:Estudios de lírica contemporánea.djvu/24

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endecas■abos con rima consonante; la anáfora final, que repite el primer verso); como presen- cia de las imposiciones inevitables del género, la ley heredada. Y la introducción en tal estructura, si se quiere tradicional, de un coloquialismo ost ensible: “agarrarte por la cola”. Es decirzvdar vuelta las cosas, invertir los términos para domeñar al género sacro, sorprendiéndolo a traición, violándolo y derogando su etemidacL La soldadura de palabras del segundo verso propone una acumulación sémica redundante sobre el carácter no habitual e intangible de la lírica. que va en contra de las intenciones del sujeto. Tal relación arnbivalente entre el hablante y su poema se hará motivo recurrente en la producción gelmaniana. La estrofa citada, en ■n, es una expresión de deseos que condensa los propósitos transgresívos de la poesía del sesenta, pero de manera no ingenua, admitiendo desde el vamos el con■icto ineludible. Proponemos a continuación el análisis de dos poemas del primer libro de Gelman, en donde se plantea precisamente cómo el con■icto aludido desestabiliza y reconfor- ma la categoría de sujeto lírico. La primera red: el sujeto es el poema El primer texto, que no lleva título, pertenece a la primera parte del poemario, "Violín”: Salta ala vista, primero, el sometimiento a un molde ríunico tradicional (cinco 2. una humedad antigua y olvidada. 3. Es del tiempo en que quise ser caballo 4. para no ser fantasma. 5. Tócame la mejilla. Vamos. anda... I. Tócame la mejilla por si encuentras poema a partir de la búsqueda de marcasde liricidadxLa primera que resulta visible es la presencia de recurrencia ríunicas en varios niveles: el poema está sometido a una rima regular, asonante en a-a, entre los versos segundo, cuarto y quinto (X A X a A). Pero es especialmente en el metro donde hay un nexo muy fuerte con las formas tradicionales: tres endecasílabos quebrados por un heptasílabo, y un endecasílabo fmal. Además de ser el metro del soneto y hallarse sobradamente consagrado por su uso histórico, el endecasílabo comporta tradicional- mente al heptasílabo como su pie quebrado “natur cuando se trata de combinaciones polimétricas. Pero además las composiciones que tradicionalmente combinan uno y otro versos son las formas que imitan a la odaclásica (lira y silva), fonna típica a su vez del apóstrofe lírico: palabra invocatoria que se dirige a una segunda persona. El texto, pues, asume la medida adecuada a la convención. Las aliteraciones, por su parte, distribuyen dos grupos de equivalencias: el primero en consonantes continuas, sonoras y blandas: /m/ y /d./: En relación con el poema expuesto arriba, parece útil ingresar al análisis del 24