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Antes de cruzar su acero,
El Diablo el suelo rayó:
¡Viera el fuego que salió! ....
—¡Qué sable para yesquero!
—¿Que dice? ¡Habia de oler
El jedor que iba largando
Mientras estaba chispiando
El sable de Lucifer!
No bien á tocarse van
Las hojas, creameló,
La mitá al suelo cayó
Del sable del Capitan.
«¡Este es el Diablo en figura
De hombre! el Capitan gritó,»
Y al grito le presentó
La cruz de la empuñadura.
¡Viera al Diablo retorcerse
Como culebra, aparcero!
—¡Oiganlé!...
—Mordió el acero
Y comenzó á estremecerse.
Los otros se aprovecharon
Y se apretaron el gorro:
Sin duda á pedir socorro
O á dar parte dispararon.