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En esto Don Fausto entró
Y conforme al Diablo vido,
Le dijo:—«¿Que ha sucedido?»
Pero él se desentendió.
El Dotor volvió á clamar
Por su rúbia, y Lucifer
Valido de su poder,
Se la volvió á presentar.
Pues que golpiando en el suelo
En un beile apareció,
Y don Fausto le pidió
Que lo acompañase á un cielo.
No hubo forma que bailara:
La rubia se encaprichó
De valde el Dotor clamó
Por que no lo desairara.
Cansao ya de redetirse
Le contó al Demonio el caso:
Pero él le dijo:—«amigaso
No tiene porqué afligirse:
Si en el beile no ha alcanzao
El poderla arrocinar,
Deje: le hemos de buscar
La güelta por otro lao.