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GESTA

ejecutor invisible adivina tu pensamiento; los globos luminosos siguen rodando en el vacío, pero tu cabeza no es atacada por el vértigo de aquel remolino espantoso: no flaqueas y no te asombras de lo hecho. Has usurpado el reino de los reinos, y no tienes miedo, y no tiemblas...

¿Y dónde está tu ángel malo? ¿Dónde el eterno Luzbel, rebelado contra tu poder omnímodo, contra tu poder excelso? ¿Dónde el nuevo rebelde, el nuevo condenado, el nuevo Satán?

Soberbio, blandiendo en sus manos látigos de fuego, despidiendo por sus ojos relámpagos de ira, el Dios menguado le vió acercarse.

¡Ay de ti, maldito! El que tiene en sus manos los destinos del orbe entero, el que á su antojo maneja el universo