Esta página ha sido validada

ODOS los días, a la hora en que el sol pone cara amable, enviándonos sus rayos como efluvios ténues de luz reconfortante, Julio, mi más reciente amigo, se entretiene en contarme, con palabra elocuente y fuertemente expresiva, los sueños que han perturbado su cerebro durante la noche anterior.
Como Julio tiene una cabeza que califica de alocada la casi totalidad de los que le conocen, sucede que, casi siempre, estos sueños toman forma de verdade-