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GESTA
que á la garganta le sube el sollozo que hace extremecer el pecho en la convulsión violenta. Y vá á llorar.
En este estado piensa:
Yo no sé hacer nada. Mis manos no conocen ningún oficio. Si huyo, no sabré adonde meterme. ¿Quién me tendería la mano fuera de esta casa?
Y sigue haciendo señas, maquinalmente.
Es en ese momento que entra en su auxilio el viejo libidinoso, el mismo que la sanción popular ha declarado ciudadano benemérito de la patria!...