Página:Gesta - Alberto Ghiraldo.pdf/97

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página ha sido validada
99
GESTA

llega á tener, como yo, la convicción del dolor sin que este sea un hecho. La causa yo la habré forjado, quizá, ayudada, un poco, por tí. Pero ella existió, pequeña, en gérmen imperceptible, si te parece, pero en gérmen que mi imaginación fecundó de una manera monstruosa.

Diego Rosas observaba á Sarah con curiosidad creciente. Jamás se le ocurrió imaginar que aquel cerebro tuviera tantas complicaciones, siendo capaz de argumentar con tan especial filosofía. Sin embargo, resultaba de innegable interés todo aquello y, por su parte, con tal que á ella no se le antojara privarle de sus caricias en lo futuro, podía muy bien continuar razonando, discurriendo, en su charla pizpireta, aunque no del todo exenta de profundidad.

—Ahora bien, siguió Sarah, como todo eso es cierto, como yo, aunque no lo parezca, soy lógica, á mi modo, te repito que esa carta no tiene contestación, puesto que no la acepto y que, por lo