ni alientos tenía para consolarla, y con la mirada extraviada, desencajado el semblante, prorrumpió en risa sarcástica y se agitó en terrible convulsión epiléplica.
Alfredo fué trasladado á la enfermería y la madre á tierra.
Transcurridos algunos días, hijo y madre fueron llevados á Europa á un manicomio: habían perdido la razón. El tirano, los desterró, para librarse de la presencia en el territorio de su despotismo de aquellas sus víctimas.
En cuanto á la prometida huérfana, pudo escapar en el mismo vapor, y no so separó de ellos, logrando la ciencia devolverla razón á los dementes y con ella la felicidad á todos.
La mujer del pueblo, conserva aún más puro el tipo indígena.
Estas singulares mujeres son activas y ganan el sustento ejercitándose en variedad de oficios: aguadoras, cigarreras, etc.
Por de contado, que su vestimenta característica, es el tradicional tipoy, y por de contado también, que no abandonan sus labios el cigarro puro.