Las concéntricas entre las que se ven muchas de azules ojos y color sonrosado, hablan el guarani, idioma que se va extinguiendo, y en él se cantan bajo tupidas enramadas ó á la claridad de la luna, esas canciones que dejan en quien las escucha una impresión profunda, como el eco de aquello que no volverá.
El calor del clima, invita allí á bañarse. Tal vez se abuse de estas abluciones por esas náyades juguetonas que saben nadar, como sábrían manejar el remo ó aventurarse á las corrientes cristalinas en sus toscas canoas.
El pintor que, á pretexto de estudiar las humanas formas, se entrega demasiado á esta contempación anatómica, reproduce con valientes toques, imágenes muy poco cubiertas, encontraría en los mercados, en las plazas, en los villorríos ribereños y aun en ciertas horas, si penetra indiscretamente hasta el segundo patio, modelos dignos no sólo del lienzo, sino del mármol ó del alabastro.
Abundan en la campiña de Entre Rios mujeres valerosas, aunque demasiado tostadas por el sol y por la intemperie.
Las campesinas, las hijas ó esposas de los gauchos, merecen con frecuencia los versos aplicados por un poeta á la famosa D.a Marina, que acompañó á Cortés en sus aventuras mejicanas, porque le son parecidas en aquello de