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los Mendozas, los Ávilas, los Pardos, y de ninguna manera se dirá los señores Mendoza, los Ávila, los Pardo.

164. Como se halla muy extendida la opinión de los que piensan no ser lícita la pluralización de los apellidos, es indispensable exponer con algún detenimiento los fundamentos en que descansa la doctrina opuesta.

Es notorio que los apellidos convienen á más de un individuo, como que son nombres de familia, y aun es frecuente que muchas familias lleven el mismo apellido. Lejos, pues, de ser nombres propios, son en realidad nombres comunes, y por lo mismo consienten el número plural. Se hallan en el mismo caso que los nombres bautismales, y ya hemos visto, cómo éstos admiten ese número.

165. Gramáticos insignes enseñan que los apellidos deben pluralizarse.

D. Miguel Antonio Caro hizo extensiva esta doctrina aun á los nombres extranjeros. "Los nombres extranjeros, dice, cuya terminación se acomoda á nuestra eufonía, forman el plural según las reglas castellanas, y así debe decirse los Masillones, los Racines (Ort. de Bello, Nota de Caro).

Capmany llevó mucho más lejos esta doctrina, pluralizando apellidos como Bousset, contra lo que pide la índole del castellano, que no da plural á voces terminadas en t como accessit.

Sicilia se produce así: "....ven que se les va adulterando poco á poco aquel metal exquisito con el cual trabajaron los Herreras, los Mendozas, los Argensolas, los Vegas, los Leones y tantos otros" (Sicilia, Ortología).

D. Andrés Bello también extiende la pluralización de los apellidos aun á los de procedencia extraña, con tal de que no conserven su forma nativa; do donde se infiere que según él, no se veda en otros casos dar plural aun á los apellidos extranjeros, como cuando su terminación, dice Bello, es de las familiares al castellano y los pronunciamos como si fueran palabras castellanas (Bello, Gramática, Edición de París, párrafo 115, pág. 29).

D. Marco Fidel Suárez, en sus Estudios Gramaticales, enseña que "los apellidos son nombres que se acomodan á las reglas generales en la formación del plural; es por tanto muy errónea y censurable la práctica de aquellos que, creyendo hablar con mucha propiedad, los usan casi siempre en singular."

El sabio filólogo D. Rufino José Cuervo se produce en los siguientes términos: "Los apellidos son nombres apelativos, supuesto que se aplican á todos los individuos do una familia, y por