L — A p.
un buen auxiliar para enseñar el arte de hablar y escribir la hermosa lengua castellana.
No he perdido de vista que «escribia un libro para enseñar la Gramática Castellana á niños que entran por vez primera en su estudio, y que empiezan al mismo tiempo á aprender la lectura, escritura y demás ramos que constituyen lo que llamamos instruccion primaria ó primera ense- ñanza. Si hubiese escrito para personas que tie- nen elementos de Gramática Castellana, y que poseen al mismo tiempo regulares conocimien- tos sobre otras materias, el plan y método de mi obra habrian sido diferentes.
Sean cuales fueren las personas á quienes se ha de enseñar el arte de hablar y escribir el idio- ma castellano ú otro cualquiera, hay que dis- tinguir siempre entre el muteríalismo y el idea- lismo del lenguaje. Entiendo por materialismo del lenguaje, el estudio de un idioma con rela- cion á su estructura material; y por idealismo,el estudio del mismo idioma con relacion al pen - samiento.
El elemento fundamental y mas simple del lenguaje hablado, materialmente considerada, es el sonido. Los sonidos inarticulados y arti-
España (entónces la América Española), y que actualmente son na» ciones independientes, cuyo orígen es español, (ahora lZispané-Amé- rica”, El eminente gramático hispano-americano, D. Andrés Bello, habla de Zhispano- América, y no de la América Española, en el prólo- go de su “Gramática de la lengua Castellana, destinada al uso de los americanos.“ ,
