Página:Grierson Primeros Auxilios.djvu/96

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ños, como ser: cuchillos rotos, balas, fragmentos de huesos, pedazos de vestidos, tierra, etc., retenidos en la herida ó que han sido introducidos al prestar primeros auxilios y que la infeccionan.

En las heridas producidas por las máquinas y por las piezas de artillería, se desgarra, aplasta, pulveriza á tal punto el cuerpo, que á veces la muerte sigue rápidamente; ó, cuando se trata de un miembro, la amputación inmediata se hace necesaria por los destrozos causados. Muchas veces basta que se haya cortado la arteria principal para que sobrevenga la muerte del miembro (gangrena), si no se consigue establecer la circulación colateral; ó suturar el nervio, sino podría producirse la parálisis.

La naturaleza cura las heridas de dos maneras: la rápidamente (6 á 10 días) por primera intención, sin supuración, presentando una cicatriz fina lineal que al cabo de algún tiempo no deja señal (lámina 57 a). Siempre que se pueda debe tratarse de obtener esta curación; pero, no se consigue más que en las condiciones siguientes: cuando los labios de la herida puedan ser exactamente justapuestos ó acercados; cuando éstos no se separen después, por la sangre ó los líquidos que salen de las paredes de la herida ó por intervenciones inoportunas; cuando la herida está mantenida en reposo y preservada de toda influencia externa dañosa; cuando la herida no haya sido infectada por tierra ó un objeto desaseado que la ha tocado ó que ha quedado retenido en la herida.

El segundo modo de curación natural de las heridas, es el que se efectúa lentamente y con supuración, con formación de un nuevo tejido conectivo que rellena el hueco formado y deja una cicatriz ancha y rojiza (lámina 57 b). Esta curación tiene lugar cuando las condiciones favorables mencionadas anteriormente faltan; por consiguiente, se cicatrizan sólo por segunda intención; cuando hay demasiada pérdida de piel para que se puedan reunir los labios de la herida; heridas con colgajos de piel ó cuando los labios están desmenuzados, magullados, contusos y privados de sus propiedades vitales; cuando ha quedado mucha sangre, obje-