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nuevo mundo, como lo prueba oficialmente la divisa dada á su descubridor, que dice:

 Por Castilla y por Leon
 Nuevo mundo halló Colon.[1]

  1. Según Washington Irving en su obra titulada: Viajes y descubrimientos de los compañeros de Colon, la familia descendiente de los Pinzones, que acompañaron á Colon en su primer viaje al nuevo mundo, ha añadido por sí y ante sí a su escudo de armas, la divisa concedida á el almirante por los reyes católicos, sustituyendo los apellidos, y haciendo otras alteraciones en ella, hasta ponerla y apropiársela como sigue:
     A Castilla y a Leon
     Nuevo mundo dió Pinzon.
     A ser esto cierto, hubiera sido incalificable, y no habriamos hallado espresiones bastantes para condenarlo; porque si bien el preclaro nombre de Colon no ha necesitado, ni necesita de blasones, ni divisas, ni leyendas para pasar á la posteridad, rodeado de una brillante aureola, fuera muy de lamentar que, habiéndolos adquirido de una manera lejítima y digna, y que habiéndosele otorgado en momoria de sus hechos, como para ponerles un sello oficial, se le usurparan, y lo que es mas, con una circunstancia que, en nuestro concepto, es agravante.
     Por fortuna, aun cuando en los escudos de armas de los Pinzones hemos visto la divisa en cuestión, según los datos que hemos podido adquirir, les fué concedida por el emperador don Carlos V en ocasión de hallarse en Barcelona, por los años de 1519.
     Ignoramos de todo punto las razones particulares que moverían á S. M. I. para obrar así; pero desde luego, apoyándonos en los hechos conocidos, que son de una lójica invencible, aseguramos, sin temor de que se nos desmienta, que no procedió con justicia.
     Sabida cosa es que los Pinzones adelantaron con jenerosidad la octava parte de los gastos de la primera espedicion de descubiertas, nosotros no lo negamos; pero como sobre este anticipo echaron tantas y tan negras manchas, habiéndose sublevado juntamente con los marineros, cuando de mano armada quisieron obhgar á Colon á que tornase á Castilla la flota, y en particular el señor Martin Alonso, con haber desertado de sus banderas, cometido todo linaje de atropellos y violencias con los indefensos indios, é intentado sorprender con un engaño el noble corazón de Isabel la Católica, en los días en que, sospechando hubiera zozobrado la carabela que mandaba el almirante, al volver de la Española, la pidió audiencia, atribuyéndose el descubrimiento, para pavonearse en la corte con galas ajenas, como el grajo de la fábula, no parece sino que la divina providencia por uno de sus sabios y admirables designios ha permitido, que al ostentar los Pinzones tan inmerecidamente la mencionada divisa sobre su timbre, se trueque en una leyenda sarcástica.
     Y si á esto se agrega lo de que si en el segundo verso del mote conferido á Colon, se dice, que halló el nuevo mundo, en el que usan los Pinzones se espresa terminantemente que uno de ellos lo dió á España, sobre la hiel del sarcasmo cae la sal del epigrama. Para honra de