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LIX.


Sanfedistas y Feotas: novelas masónicas.


Antes de hablar de los conspiradores españoles. conviene decir algo acerca de la sobreexcitacion de los sectarios en toda Europa antes de 1830, en lo que se puede referir á España. Nada diremos del asesinato del duque de Berry, las conspiraciones republicanas de Francia, las tenebrosas sociedades de Alemania y otras varias partes de Europa, más o menos relacionadas con España. Europa toda era un hervidero de masonismo y otras sectas.

La francmasonería ha sabido explotar muy bien el género novelesco para sus fines particulares. La novelista encubierta bajo el seudónimo de Jorge Sand, fantaseó á su placer, en la segunda parte de la novela titulada Consuelo, pintando el iluminismo y las recepciones masónicas románticamente y bajo los más halagueños y sonrosados colores. Eugenio Sué, en su Judío Errante, atribuyó á los Jesuitas todas las tretas, arterías y maquinaciones masónicas. Pero antes que todos éstos, y otros que se podrian citar, habia cultivado y explotado este género el novelista Carlos Didier, cuya novela titulada Roma subterránea , o los carbonarios de Italia, fué traducida al castellano é impresa en Madrid en 1839 , El asunto de ella es enaltecer á los carbonarios italianos, presentando á éstos como los libertadores de Italia, y al Papa y al Consistorio de Cardenales como centro de una vasta conspiracion para sojuzgar por medio de la supersticion á todos los Reyes y pueblos de Europa. Háblase allí de los Sanfedistas, ó partidarios de la Santa Fe, que tienen una organizacion por el estilo de la conocida de los carbonarios, y una medalla para reconocerse. Hay un fraile francisco que ha sido bandido, y ha llegado á ser Cardenal. Este aspira al Pontificado con el apoyo de los carbonarios, y está en relaciones con los embajadores de Austria, Rusia y otros puntos. En aquella comedia, el de Rusia hace el papel de bobo,y el de Austria el de traidor. El Cardenal ex-bandido está para ser Papa en el cónclave, cuando un Cardenal aleman interpone la exclusiva. Hay luego escenas terribles de muertos, heridos y prisioneros, bodas fúnebres,