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HISTORIA DE UNA ANGUILA

más importancia tenemos un cuchillo especial. Puede usted comerlo tranquilamente... se lo juro...

El inspector de Policía pestañea largo rato con sus ojos miopes mirando el jamón, lo raspa con la uña, lo huele, soplando, y luego, palpándolo, interroga:

—¿Es con trichina?

—¿Qué me dice? ¡Por Dios! ¡Puede usted suponerlo!

El inspector se turba, se aparta del jamón y se fija en la lista de los precios de tes de la casa Asmalof &.

El diputado comercial mete la mano en el barril con sémola y su mano tropieza allí con algo blando, velludo y caliente... Mira adentro, y la admiración y la ternura resplandecen en su semblante:

—¡Minino!... ¡Minino!... —balbucea—. Se han hecho un nidito en la sémola, y duermen... están blanditos... Mándame, Demian Gavrilovitch, un gatito a mi casa.

—Con mucho gusto... Señores: sírvanse inspeccionar los entremeses, los embutidos, el queso... Aquí está el balik...[1]. El balik lo recibí el jueves pasado; es de lo mejor... Michka, ¡trae el cuchillo!...

Los presentes cortan trozos del balik, lo huelen y lo saborean.

—Tomaré yo también un bocadito—dice

  1. Filete de pescado ahumado.