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HISTORIA DE CHILE

ze esta y está azaña en contra vuestra, sabré hazer las mismas en vuestro fabor. Probad, que poco cuesta y poco se aventura, que el brazo os queda sano para matarme quando quisiéredes; hazed esperiencia de mi fidelidad, que yo os daré tal y tal suerte y os guiaré por caminos que no sabeis para hazer pressa en vuestros enemigos, y os pondré en las manos tal cacique o tal Capitan español."

Y suele ser el razonamiento tan eficaz y tales las esperanzas que se prometen de él, que le perdonan, y entonces matan un perro negro y con él hazen las ceremonias que avian de azer con el indio ó con el Español.

Pero si no es persona de quien esperan alguna grande suerte o están muy encarnizados contra él por averles hecho muchos daños y temerse otros mayores si le dan la vida, dizen todos en voz alta: lape, lape, muera, muera. Y entonces le hazen incar de rodillas y le dan un manoxo de palitos y que con uno haga un hoyo en la tierra, y que en él vaya enterrando cada uno de aquellos palitos en nombre de los indios valientes y caciques afamados de su tierra. Y hecho el hoyo, nombra en voz alta a alguno de su tierra y echa un palito en el hoyo, y assi va nombrando a los demas hasta que no le queda mas de el último, y entonces se nombra a si mismo y dize: "yo soy este y aqui me entierro, pues ha llegado mi dia," y mientras está echando tierra en el hoyo le da uno por detras con una porra en la cerviz y luego cae sin sentido en el suelo. Y le abre uno por el pecho y le saca el corazon palpitando, y otro le corta la cabeza, otro la una pierna y otro la otra para hazer flautas de sus canillas; y otro tirando del cuerpo le arrastra y le echa fuera de la rueda, hazia la parte de el enemigo, a que se le coman los perros y las aves. El que le sacó el corazon le clava con un cuchillo y pasado de parte a parte se le da al Toqui general y ba passando de mano en mano por todos los caciques, haziendo ademan de que se le quieren comer a vocados, y dando la vuelta, vuelve a las manos del que se le sacó y con la sangre de el corazon unta los toquis y las flechas, diziéndolas que se harten de sangre. Los que le cortaron las canillas y los brazos los descaman en un momento, y en estando el hueso limpio le agugerean y hazen una flauta con que tocan alarma y sacudiendo con los piés la tierra la hazen temblar, blandiendo juntamente las lanzas y entretegiéndolas unas con otras, causando pabor con el ruido y la voceria. El que cortó la cabeza la echa a rodar por el suelo hazia la tierra de el enemigo, y abre una calle la gente, por donde la lleba rodando, y toman tabaco en humo y por la misma calle le van echando a vocanadas, retando al enemigo y diziendo que con los que alla están han de hazer lo mismo. Y si la cabeza se queda el rostro hazia el enemigo, lo tienen por buena señal y dizen que han de alcanzar victotoria; pero si se queda vuelta hazia ellos lo tienen por mal agüero y temen que les ha de ir mal en la primera ocasion.

Hecho esto levanta en una pica el corazon el que le cortó, y al mismo tiempo el que cortó la cabeza la clava en una estaca, y al fin de la calle donde estaba arroxada la levanta en alto, vuelto el rostro hazia el enemigo. Y tocando las flautas hechas de las canillas y de los brazos de el muerto, comienzan a cantar victoria, y en el romance le dizen al difunto: "Pretendiste como ave de rapiña coger al Vahari volador, y quedaste tu cogido y despedazado; intentaste vanamente hazer presa en el Leon valiente, y como a tímido cordero te despedazó; pensaste hazer presa en el rayo abrasador, y convirtióte en ceniza;" y con