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El Licenciado Diego Felipe de las Heras, fué médico residente en la capital en los años 1642 y siguientes. [1]

El Capitán y Médico Pedro Fernández, residente en Santiago en 1648, fué impedido de salir de la ciudad por no haber otro facultativo, según reza el acta, de 10 de Enero de este año, inscrita en el Libro de Acuerdos del Cabildo. Dicha resolución dice así: «Este día, el señor Capitán don Antonio Chacón y Quiroga, procurador general de esta ciudad propuso como el capitán Pedro Fernández, médico, que está en esta ciudad, por no haber otro, habiendo pedido licencia al señor presidente y gobernador de este reyno para irse de él, se le denegó, para que curase hasta que hubiese otro médico; y el susodicho desazonado de ello, no cura sino á particulares personas, aunque se le pague, y se ha ido fuera de la ciudad en tiempo que tan trabajosa está y apestada, pues todos los días hay ocho ó diez enfermos, y que padecen muchos pobres y que S. S. provea del remedio necesario y habiendo tratado sobre ello, mandaron que se notifique al dicho capitán Pedro Fernández, pagándole lo justo y moderado cure á todo jénero de jente, y no salga de la ciudad sin licencia, una legua de ella, so pena de 500 pesos aplicados para la Cámara de Su Magestad y gastos de este Cabildo, en que, desde luego le dan por condenado, lo contratrio haciendo, y lo firmaron etc.»

El Doctor Doctor Diego Suarez de Herrera, llegó al país después de el terremoto del 13 de Mayo de 1647, que arruinó á la capital.

En una nota que el Cabildo pasó al Obispo Villarroel, suplicándole que se fuese á Lima á buscar socorros para la desolada villa, se lee, entre cien lamentaciones é insistencias para que Su Ilustrísima urjiese su viaje, el que el pudor de las mujeres yacia en peligro a causa de haberse caido los cercados, «alojándose debajo de los árboles, á las lluvias y á los soles, y los que solian ser ricos, en unos ranchos pajizos, donde, habiéndose helado el invierno, se están tostando al verano, de que se han orijinado los tabardillos que llamamos charalongos, con que han muerto en solo tres meses más de quinientas personas. Y como acabado, parecen á tropas los dolientes, porque está la ciudad sin médicos.» [2]

La llegada del doctor Suarez, á fines de 1648, estando preocupadas las autoridades de buscar un médico para la ciudad, ha inducido, á todos los historiadores, al error de creer que

  1. Rejistro de Escribanos—Vol. 165—Con fecha 12 de Mayo de 1642 aparece, el médico las Heras, nombrado albacea testamentario del veneciano Juan Griego, avencindado en la capital.
  2. El terremoto del 13 de Mayo de 1617, por Miguel Luis Amunátegui.