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que los acompañasen; además debería quemarse la ropa que hubiese sido usada por los enfermos.

El alcalde Juan Hurtado, y los regidores capitán Pedro Ordoñez Delgadillo, Carlos de Molina, Baltazar de Herrera y Andrés de Torquemada, dijeron que su voto y parecer era igual al del alcalde Briceño, agregando el regidor Bernardino Morales de Albornoz que además de dichas medidas debía ser obligatorio el oreo de ropas y fardos durante los mismos cuarenta dias. Por unanimidad también acordaron que los cuarenta días debían comenzar á contarse desde el día de arribo del navio, al puerto, y así mismo nombravan al regidor Carlos de Molina para que se trasladase á Valparaíso é hiciese cumplir, estrictamente, lo ordenado.

El 27 de Octubre de 1622, el ayuntamiento impuso cuarentena á los pasajeros de las provincias de Cuyo, por estar infestadas de peste; para dar fiel cumplimiento á esta orden se nombró al capitán y regidor don Gregorio Serrano para que se trasladase al puente de Aconcagua, con jente armada, é impidiese el tráfico de llegada para los que no trajesen testimonio de sanidad.

Otras noticias datan del año 1659; se refieren á una «Causa Criminal que la Real Audiencia mandó seguir al Corregidor de la provincia de Cuyo, Don Luis de Molina Parraguez, por no haber dado cumplimiento á una real provisión que se despachó á fin de que no dejase pasar á Chile apersona alguna que viniera de Tucumán, Paraguay y Buenos Ayres, sin presentar previamente certificado de no hallarse contagiado de la peste general que reina en dichas provincias.» [1]

El Cabildo de Copiapó, con fecha 20 de Diciembre de 1745, impidió la entrada á la provincia á los viajeros del sur, conminándoles con 500 pesos de multa si los infractores eran españoles, y con 100 azotes y expulsión del territorio si eran indios, negros, mulatos y mestizos.[2]

En 1759, se impuso una cuarentena á la fragata «Soplo de Lero», en la isla de Quiriquina, que venía del Callao, con dirección á Talcahuano, y que durante la travesía había tenido á su bordo varios casos de viruela.[3]

Dicho aislamiento se llevó á efecto con todo rigor, y evitó el contagio de la enfermedad.

En 1760, el navio «Bregonia», fué aislado también en Qui-

  1. Arch. de la R. A.—Vol. 384.—N.° 1036.—Años 1652 á 59.
  2. Historia de Copiapó, por Sayago.—Ob. cit.
  3. Arch. del M. del I.— Vol. LIV.—N.° 985.—Expediente sobre cuarentenas en Valparaíso—Domingo de la Peña y Lillo.