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Chacón de Aguijar hemos dado algunos pormenores sobre esta materia. [1]

En el volumen 814 del Archivo de Gobierno, existe un informe del protomedicato sobre medidas de aislación y desinfección de apestados; dicho informe dice así:

«El Protomédico, obedesiendo a la superior orden de Us. dice que habiendo citado á junta general á todos los profesores de la facultad médica, concurrieron á ésta, el P. fr. Daniel Botello, Dn. Eugenio Nuñez, Dn. Cipriano Mesías, j don Joseph Llenes, a quienes propuse el motivo tan justo y urjente de la junta, dividiendo los objetos en dos clases, unos contagiados de viruelas, o convalescientes de ellas, y otros que han pasado tiempo á este accidente, en cuya proposición los tres primeros profesores fueron de parecer que unos i otros deben guardar la cuarentena, debiéndose contar desde el dia que salieron de esta ciudad u otro lugar contagiado de la peste, considerando que solo de este modo se verán libres varios lugares de un veneno tan pestilencial, Dn. Josef Llenes y yo fuimos de parecer que los convalescientes de peste deben guardar la cuarentena, y se les debe contar desde el dia que se levantaron de la cama, pues este tiempo es suficiente para disipar las partículas virulentas del humor varioloso, con advertencia que sus personas y ropas esten lavadas y purificadas, pero los sugetos que tiempo ha que padecieron este peligrosa accidente no deben demorarse la dicha cuarentena, cuando solo por sus negocios particulares parten de un lugar a otro, siendo para esto el suficiente la ventilación de sus personas y ropas, mediante el ambiente de esas campañas. Que es cuanto puedo informar en cumplimiento del superior decreto de V. S. Santiago y Junio 21 de 1776.—Josef Ant.° Rios

    Que debe temerse justamente que la epidemia de viruelas, que ha empezado a sebarse en aquellos habitantes se haga en lo subsesivo de mui mala índole, assi por las razones que saviamente apuntó el Teniente Letrado de aquella Intendencia como que por siendo esta Epidemia del género de las Pestilenciales de dia en dia, y a proporcion del mayor número de enfermos en que se propague, se ha de ir derramando el beneno contajioso que ocasiona en una misma cantidad de ayre, combiene a saber el que compone la Atmófera de aquella ciudad; y aunque este se renove en parte a beneficio de los vientos impetuosos que la dominan, quedando un almacen de estos miasmas mortíferos en las exalaciones que despiden los cuerpos de los enfermos, y a las ropas que les sirben, añadiéndose a estos efluvios los residuos de la Atmófera no renovada, se sigue que de momento a momento se aumentan las semillas del mal.

    A estas poderosas razones se añade la de la constitucion peculiar a los naturales de la Concepcion dotados de un cutis mui espeso, como acos-

  1. «Expediente formado por el Subdelegado del Partido Coquimbo, etc.» Arch. del M. del I.—Vol. 814.