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mados de una multa de cinco mil que impuso á los padres franciscanos en reprimenda de un tumultuoso capítulo de elecciones que fue difícil de apaciguar, con gran escándalo de la colonia.

En 1714, el presidente D. Andrés de Ustáriz, reedificó el hospital, en el local en que hoy se encuentra.

En 1798, fué nuevamente reconstruido por el gobernador Avilez, que hizo levantar lo que hasta hoy se llama el crucero Avilez, y cuatro salas nuevas para enfermos, secundado por los vecinos Manuel Tagle Torquemada y José Ramírez Saldaña, que contribuyeron con su dinero y trabajos directivos, hasta la terminación de la obra, en 1801. En esta fecha el hospital contó con seis salas, en mejores condiciones higiénicas, y con 120 camas.

La beneficencia pública, fué siempre el sostén de estas santas instituciones que tan duras pruebas sufrieron en su principio, consiguiendo alcanzar la vida robusta que hoy llevan sostenidas siempre por la caridad y la acción de nuestras autoridades.

El hospital del Socorro, fué el humilde albergue de la caridad colonial, cuya iniciación se debe, como hemos visto, al esfuerzo particular, en primer término, secundado después por el gobierno del reino y los directores locales de los pueblos. [1]


§ II.


El largo período colonial, dió vida á los siguientes hospitales y casas de beneficencia:

El hospital de San Juan de Dios, de Concepción, fué fundado, provisoriamente, en el año 1552, siendo por tanto el primero de Chile; en 1557, el Gobernador don García Hurtado de Mendoza, fundó el hospital también provisional de San Julián.

El de Nuestra Señora de la Asunción, de la Serena, el 14 de

  1. Se confirma el hecho de que la acción individual inició esta obra, con las siguientes palabras, que aparecen en la real cédula de 31 de diciembre de 1628: «Por parte del Obispo de esa Iglesia Catedral—de Santiago—se me ha hecho relación que el hospital que hay en esa ciudad se fundó de una donación de un sitio que dió una persona particular de ella»—se refiere á los solares de Juan Fernández de Alderete—(Cedulario de la Biblioteca Nacional de Santiago.)

    Esto destruye la tradición tan conocida de que el fundador del hospital, hoy de San Juan de Dios, había sido el conquistador don Pedro de Valdivia.