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«Permítaseme preguntar, á aquellos que piensan tan bajamente de los Médicos, si la medicina no se mirara como una ciencia que abre un vasto é interesante campo á la contemplación que señala el modo por el cual las causas celestiales obran en la producción de efectos terrestres, que enseña al hombre á concebir con acierto varias operaciones de la naturaleza que parecen inexplicables al entendimiento inculto y común, ¿porqué se encuentran dedicados á un estudio los primeros talentos de las naciones? El mirar la medicina como un mero arte, y sus profesionales como miembros inferiores de la sociedad, es demostrar nuestra propia ignorancia y poner nuestras opiniones en oposición con las del mundo entero. »

«Ningún hombre ocupa en la sociedad, situación tan importante como el médico, parece que su profesión lo liga no sólo con el siglo en que vive y el pueblo en que reside, sino también con la posteridad y todo el género humano porque todas las naciones de la tierra son el objeto de sus reflexiones.

Como el custodio de la salud pública y el preservador de su especie, el profesor médico es obligado moralmente á esforzarse cuanto sea posible, no solo á curar las enfermedades, sino también á trasmitir los conocimientos que puede adquirir en su carrera, á los que le sucedan.»

«En este pais el cultivo de la medicina ha sido vergonzosamente olvidado.

Quizás esta negligencia habrá nacido de la suposición que la descripción que dan los libros médicos acerca de la naturaleza y curación de las enfermedades en otras partes del globo, serán aplicables también á las que aquí se padecen. Tal suposición será desvanecida con el solo examen de ella. Aquí el campo de las dolencias es muy estenso y peculiar en su aspecto. No pueden negarme mis compañeros, los médicos europeos, que á su llegada ignoran la exacta textura y fuerza de las enfermedades de este clima y que sólo después de haber practicado algunos meses comienzan á adquirir ideas sobre su naturaleza y principios sobre su curación.»

«Nada se ha descuidado tanto en este pais, como la educación médica.

Así como el poder de una nación consiste en el número de sus habitantes, su eficacia en tiempo de guerra y su felicidad en tiempo de paz, así también se gradúa en parte por el estudio de la salud, siendo de necesidad que la preservación de la enfermedad sea confiada á personas calificadas para tomar sobre sí tan importante cargo, sin que el pueblo quede expuesto á la casual llegada de facultativos de fuera á causa de no tener un sistema arreglado de educación médica.»

H. DE LA M. EN CHILE
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