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hasta su sepulcro, forman los interesantes y constantes objetos de su contemplación.

Bajo este vasto punto de vista, es preciso que Uds. consideren la profesión médica, y por consiguiente, antes de dar un paso más adelante, suplícoles por todo lo que es más caro en el hombre, por su propio honor, por la futura quietud de su conciencia, y por el bien de la humanidad doliente, que consulten exacta y seriamente sus potencias físicas y morales, para saber si son capaces de soportar el peso inmenso que Uds. piensan cargar sobre sí.

Si creen que son adecuados á todo esto, comiencen desde luego sus tareas y no permitan que cosa alguna los distraiga de esta noble y filantrópica determinación.

Hagan Uds. que un estudio incesante y cuidadoso sea la base de su profesión, que les hará útiles á sí mismos, á sus familias y á la comunidad.

No carecen Uds. de cosa alguna para sus estudios, porque alumnos de medicina jamás han principiado bajo mejores y más lisonjeros auspicios.

Cuentan no solamente con la protección, sino también con la declarada é imperiosa tutela de un gobierno liberal y sumamente decidido y deseoso de protejer y adelantar todas las ciencias y artes útiles á la sociedad; y, á más de esto, principian en un pais donde no existen las fuertes é inveteradas preocupaciones de Europa, contra la disección de cadáveres; donde no tienen que gastar nada para su aprendizaje; donde la clínica en los hospitales está abierta para todos los que quieran valerse de ella; en un pais, por fin, donde todos los elementos capaces y necesarios para dar un conocimiento profundo en todos los ramos de la ciencia médica, existen en superabundancia.

Finalmente, permitidme deciros que cuando Uds. entren al ejercicio de la profesión, deben tener toda paciencia y prudencia.

Los largos y continuados sufrimientos de algunos, la lijereza ó ignorancia de otros, y la ingratitud y mala fé de unos pocos, les harán objeto frecuente de la más falsa y envenenada calumnia, pero no olviden jamás la dignidad de su carácter, repriman sus sentimientos ofendidos, y miren la recompensa de esta naturaleza como parte de los males y chascos incidentes de la vida.

Conducirse siempre con una conciencia recta y pura, no traicionar los secretos ó confianza de sus pacientes, ni valerse jamás de la credulidad ó ignorancia de ellos para efectuar miras particulares.