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do que mantenía á sus alumnos al corriente de todas las innovaciones de la ciencia.

En patología se extendía lo suficiente para hacer conocer bien las enfermedades más comunes á nuestro clima y en terapéutica, introduciendo siempre el conocimiento de algunos agentes nuevos, fue uno de los campeones más decididos contra la sangría y el emético que tan en boga estuvieron en esa época.

La clínica la hacía consistir casi exclusivamente en la observación de los enfermos cuando pasaba su visita hospitalaria, pero no era exigente respecto á la historia de ella, sino que se concretaba á notar los síntomas más culminantes, el diagnóstico y el tratamiento. Después de la visita hospitalaria se trataba, aunque reducido número de veces, de los casos más importantes.

Como profesor de médicina legal hizo una clase teórica, lo mismo que en patología y terapéutica.


    que es uno de los ramos esenciales de la cátedra, citó á cada uno de los candidatos que se presentasen el 15 de Junio para esta última prueba en el hospital de San Juan de Dios. Con este objeto escojió de antemano la comisión dos enfermos mas aparentes para esta clase de pruebas, y dio á cada candidato igual tiempo para que los examinasen en presencia de los comisionados y en ausencia de los opositores. Luego después, al salir de la sala de los enfermos, cada candidato improvisó una lección clínica sobre los dos mencionados enfermos y la comisión ha cuidado de que los que no hayan hablado no asistiesen á esta prueba.

    Concluidas todas las pruebas prescritas por la ley, la comisión ha procedido inmediatamente á resolver en votación secreta, conforme al artículo 20 del reglamento de 1849, si los candidatos se han desempeñado ó nó de un modo satisfactorio en dichas pruebas y verificado el escrutinio para cada candidato, por separado, se declaró como dignos de ser presentados para la cátedra los señores: Manuel Cortes, Pedro Herzt, y Juan Miquel, puestos en órden alfabético por acuerdo unánime de los comisionados.

    «Pasando en seguida á calificar especiamente las aptitudes que ha manifestado cada uno de los tres candidatos, acordó por unanimidad esponer lo siguiente:

    «En primer lugar, en cuanto á la memoria escrita, la comisión opina que la memoria de don Juan Miquel, considerada como obra de su propia reflección, esperiencia y orijinal en sí, y por ceñirse al tema, se prefiera a las demas, aunque éstas sean mas largas, y como punto de una competencia estudiosa, tienen su mérito.

    «En segundo lugar, por lo que toca a la segunda prueba oral, la comisión, ante todo debe confesar a Ud. que, habiendo visto por la prueba escrita cuán difícil era apreciar los conocimientos y aptitudes de cada candidato, independientemente de los que pudiera adquirir en corto intervalo de tiempo, copiando libros que tuviera a la mano, se esforzó en elejir para esta prueba oral el tema en que del mejor modo pudiesen manifestar el juicio sano, la propia esperiencia y aptitud profesional de cada opositor, y para cuyo desempeño no les fuese suficiente consultar por un rato