El palqui, cestrum palqui, en las heridas rebeldes, y la corteza como sudorífico.
La recina de alerce, fitzroya patagonica, en los dolores de fríos é hinchazones.
La miel del molle, litrea molle, purgativa diurética, y contra el flato.
La patagua. tricuspidarea dependens, en decocción, como reconstituyente y purificador.
La raíz de pichoa, euphorfia portulacoides, purgante activísimo.
El pircún, anisomeria drástica, enérgico purgante que ha producido muchos envenenamientos en nuestro pueblo.
La chépica, paspolum vajinatum, para las postemas y bultos de la barriga.
El quillay, quillaja saponaria, lo usaron sólo para el aseo de la cabeza.
El natri—hierba del chavalongo—solanum crispum, de Díez y Pavón, de uso muy vulgar hasta nuestros días, es el remedio popular contra toda clase de fiebres; úsase en enemas e infusiones.
La manzanilla, cephalophora aromatica, contra en frío y la indigestión.
El maqui, aristotelia maqui, tónico y astringente.
Las hojas del quintral,loranthis tetrandus, en las llagas de la garganta.
El zumo del quilloy-quilloy, stellaria merlia, y el quinchín, tajeres glandulifera, en las quemaduras y almorranas.
La achira, canna indica, el pinco-pinco, ephedra andina, y la colchacura, contra tumores y calmante.
El ñilgüe, sonchus oleraceus, en acedías y fiebres, como el lonco. bromus catharticus, y también en las enfermedades del hígado.
La miel de melosa, madia sativa, en la gota, ciática, o pilaciones, y como purgativo.
El chamico, datura stramonium, narcótico.
El coliguay, colliguaya odorifera,para envenenar las flechas,
La miel de chilca, bacharis specie, y el maguay, cugo coortata, para las zafaduras y quebraduras, en emplastos de hojas.
El cuayacán, porliera higromética, sudorífico, y contra el humor gálico.
La murtilla, myrthus roñi, y el chilco, fuchsia macrostema, el primero como tónico y estomáquico, y las hojas del segundo como diurético.
El lampazo, lebo ó hualtata, senecio hualtata, las hojas en heridas y llagas; el zumo en dolores de oídos; la raíz, purgati-