esto es, que el tesoro enterrado, enterrado estaba aun.
Si Kidd habia enterrado su botin en un tiempo dado y sacádolo despues, estos rumores no habian sin duda llegado hasta nosotros en su forma actual é invariable.
Notad que los historiadores en cuestion tratan siempre de buscadores, y nunca de gentes que hallan tesoros. Si el pirata habia recobrado su dinero, el asunto hubiera quedado allí.
Parecíame que por alguna casualidad, como por ejemplo, la pérdida de la nota que indicaba el sitio preciso, habia debido privarle de los medios de recobrarle. Suponia que este accidente habia llegado al conocimiento de sus compañeros, que de otra manera, nunca hubieran sabido que un tesoro habia sido enterrado, y que, por sus pesquisas, infructuosas, sin guia y sin notas positivas, habian dado motivo á este rumor universal y á estas leyendas hoy tan comunes.
¿Habeis alguna vez oido hablar de un tesoro importante que haya sido enterrado en la costa?
—Nunca.
—Pero es notorio que Kidd habia acumulado riquezas inmensas. Consideraba pues como cosa segura que la tierra las guardaba aun y no os asombrareis mucho cuando os diga que me alentaba una esperanza, una esperanza que casi llegaba á la certidumbre, de que el pergamino, tan singularmente encontrado, contendria la indica-