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HISTORIAS ESTRAORDINARIAS

deseo de decir alguna cosa con aire deliberado, entendía apenas lo que hablaba). Yo puedo asegurar que esta es una casa admirablemente construida. Estos muros... vais á marcharos caballeros? estos muros están fabricados sólidamente.

Y aqui, por una fanfarronada frenética, golpeé fuertemente con un baston que tenía en la mano justamente sobre la pared del tabique, detrás del cual estaba el cadáver de la esposa de mi corazon.

Ah! que al menos Dios me proteja y me libre de las garras del Archidemonio. Apenas el eco de mis golpes turbaron el silencio, cuando una voz me respondió del fondo de la tumba: un lamento primero, velado y entrecortado como el sollozo de un niño, luego, enseguida, inflamándose en un grito prolongado, sonoro y continuo, anormal y anti-humano, un aullido, un alarido mitad horror, mitad triunfo, como solamente puede salir del infierno, horrible armonía brotando á la vez de las gargantas de los condenados en sus torturas y de los demonios regocijándose en su condenacion.

Contaros mis pensamientos sería insensato. Me sentí desfallecer y caí tambaleando contra el muro opuesto.

Durante un momento los agentes colocados sobre los escalones quedaron inmóviles, estupefactos por el terror.

Un instante después, una docena de brazos