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LA

8 ENERO 1900

Página l6.

La Margarita de Blaas es un sincero y muy acabado estudio de una muchacha del pueblo, en el que se advierte la maestría con que este pintor reproduce los tipos populares de Italia. El carác ter típico de la ragazza, su indumentaria y la gra ciosa actitud con que planta la figura, acreditan

ILUSTRACIÓN

ESPAÑO LA Y AMERICANA

N. º I — 3

mero de invitados para inaugurar también en

tre médico español D. Andrés del Busto, que en

ellas el Año Santo.

la práctica profesional, en la cátedra y en el libro

Los grabados de las páginas citadas dan idea del aspecto exterior de la fiesta en la plaza de San Pedro y reproduce el cordón de las tropas italia nas y la gran plaza al terminar la ceremonia. Estas ceremonias no se habían practicado en

ocupaba lugar preeminente.

Roma desde el año 1825.

el arte de su autor.

A los veinticinco años de edad ganó por oposi ción la cátedra de Clínica médica de la Facultad, y brillantemente explicó las de Patología quirúr. gica, Higiene, Obstetricia y Patología general. Sus tareas de catedrático y la asidua asisten cia de una distinguida y numerosa clientela no

cº 3

º

le impidieron dedicarse al periodismo profesio nal, como lo demuestra su larga é importante

1899. — CONCURSO DE FOTOGRAFÍAS

Página 17.

DE « LA ILUSTRACIÓN ESPAÑOLA Y AMERICANA ».

De Mme. Gironella es la composición que se

Páginas 7, 10 y ll, 14 y 5.

titula La cuenta de la modista. El lápiz de la dis tinguida artista ha interpretado, con la elegancia que le es propia, la graciosa escena de la esposa que, con la cuenta de la modista preparada, dis pone con exquisito mimo el ánimo de su marido á recibir favorablemente la noticia de la consabi

da cuenta que va á presentarle su cara mitad.

Continuamos en el presente número dando á conocer fotografías de los grupos que han ob tenido premio en nuestro concurso. El paisaje A Orillas del Guadiana es reproducción de una fotografía de las veintidós presentadas por el se ñor D. Antonio Santa Cruz, que han obtenido pri mer accésit, y entre las que figuran artísticos in

colaboración en La España Médica, y aun en

¿?

su laboriosidad para dar en dis cursos, libros y folletos muestra gallarda de sus

contró

fundos conocimientos en claro y correcto es tilo.

Citaremos, entre las obras del Dr. Busto, el Proyecto de reforma de las clínicas de ( inecolo gía; Los cuadros sinópticos de Patología general: Del destino de la doctrina celular en las teorías

médicas reinantes, y De la trasplantación ce lular.

o Q

teriores de monumentos de Avila, instantáneas

o

de caballos saltando, escenas campestres, toradas y reproducciones de aguas fuertes y grabados en

ROMA: INAUGURACIÓN DEL AÑO SANTO.

a Cer"O.

Páginas 4, 5 y 6.

En vano se trató de disuadir á S.S. León XIII

de su propósito de inaugurar personalmente el Año Santo, pues á los consejos del Dr. Laponi y á los ruegos de cuantos le manifestaban sus temo res de que tan larga ceremonia pudiera serle no civa en su avanzada edad, contestaba sonriente:

« Con la ayuda de Dios todo se hace.» Llegó el 24 de Diciembre, y á las diez y media de su mañana se revistió de los ornamentos pontificales, y fué conducido en la silla gestatoria á la capilla Six tina, y arrodillándose ante el altar entonó el Veni Creator. Precedido por la corte y los cardenales, descendió por la escala regia al atrio de la basí lica de San Pedro, convertido en espléndido sa lón artísticamente entapizado con ricos paños de terciopelo rojo con franjas de oro. En dicho atrio se elevaba, junto á la puerta Santa, el solio pontificio, de damasco, terciopelo y oro adornado, y en él se sentó el Papa, teniendo una cruz en la diestra y en la otra mano un cirio encendido.

Comenzó la solemne ceremonia, presentando á

Síguele en orden de premio de la misma cate goría el Sr. Conde de Agüera, que presentó ca torce trabajos, y de cuyo grupo forman parte los que aparecen en la página 14, figuras artísticas, paisajes, romerías y campesinas escenas. Con segundo accésit fué premiado el Sr. Duque de la Victoria, por sus cuarenta y tres trabajos, entre los que presentó interiores de monumentos, paisajes, escenas populares, caballos saltando, mo numentos de España y del Extranjero, reproduc ciones de tapices del Palacio Real del Pardo y ampliaciones de vistas, una de las cuales es la de la doble página, que representa el Alcázar de Segovia. El Sr. D. José Luis de Requena solamente en vió al concurso dos fotografías, composiciones de figuras hechas en interior. Una de ellas es El con sentido de la abuelita, que hoy publicamos, y su contemplación seguramente inspirará á nuestros lectores el pesar de que quien así compone y ejecuta haya sido tan parco en su envío. Sin em bargo, la calidad de sus trabajos le ha granjeado un primer accésit.

Su Santidad el vicecanciller cardenal Parocchi,

º C,

sobre un cojín de terciopelo, el martillo de oro, regalo del episcopado italiano, cuya copia publi

º

MONS. ARÍSTIDES RINALDINI y

Cº C

3

FLORENCIO CONSTANTINO. Página 20.

Es un artista de indiscutible reputación que nació en Bilbao el 19 de Abril del

¿

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Nada más opuesto á la carrera que hoy cultiva con tanta fortuna que los primeros años de su juventud, en que, por su aficiones á la mecánica, fué maquinista en el ferrocarril de Bilbao á Por tugalete, y después en las Mensajerías marítimas, hasta que, á los veinte años, entró al servicio de las armas.

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Licenciado del ejército, marchó á Buenos Aires para continuar su profesión de mecánico. Algunos amigos y compañeros que le habían oído cantar en los talleres donde trabajaba, le comprometieron á que lo hiciese en una fiesta de caridad á beneficio de los inundados de San Juan

C8II1OS.

Cogió León XIII el martillo, y asistido del pe nitenciario mayor, cardenal Serafín Vannutelli, y dos cardenales diáconos, se acercó á la tapiada puerta, y pronunciando la palabra de ritual Ape rite, dió tres golpes sobre la cruz negra en el mármol que cerraba el ingreso, y mientras los cantores de la capilla Sixtina, dirigidos por el maestro Prosi, entonaban el primer versículo, repitió otras dos veces los tres golpes de marti llo, volviendo á sentarse en el trono.

Trabajado de antemano el muro que cierra el paso, cayó, y fué conducido al interior de la basí lica por los sampietrini, y mientras resonaba el cántico Jubilate Deo, cuatro penitenciarios lava ron el umbral y los quicios de la puerta Santa con agua bendita. Se arrodilló luego el Pontífice, besó el umbral, entonó el Tedéum, y penetró el primero en el templo seguido de los cardenales, patriarcas, obispos, personajes de la corte, capí tulo del Vaticano y representantes del clero re gular y secular, todos con candelas encendidas, mientras las campanas de todas las iglesias de la ciudad repicaban. Detúvose el Papa á orar ante el altar de la Pie dad; siguió después por la capilla Gregoriana, donde rezó de nuevo ante el

En el año 1880 le agració Su Santidad con el título pontificio de Marqués de su apellido. Fué médico de la Real Cámara, individuo de número de la Real Academia de Medicina y senador del Reino, y tenía las grandes cruces de Isabel la Ca tólica y San Juan de Jerusalén. Su trato afable y distinguido, avalorando sus méritos, granjeábale simpatías y amistades, que se han demostrado en el dolor que á todos ha causado su muy sentida muerte.

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Sacra

mento, y al aparecer en la iglesia, donde espera ban numerosos peregrinos con sus lábaros y es tandartes, todos prorrumpieron en clamorosos vivas al Papa. Entonces entró el pueblo, invadiendo el templo en un momento unas 20.000 personas. Su Santi

dad, desde el altar de la Confesión, dió la bendi ción solemne, y mientras los cardenales Macchi y Steinhuber leían las indulgencias, repitiéronse las aclamaciones hasta que el Papa se retiró. El dibujo de nuestro corresponsal artístico en Roma, Hermenegildo Estevan, reproduce fiel mente el acto solemne de la apertura de la puerta Santa de San Pedro del Vaticano por Su Santi dad, y aparte publicamos las cuatro puertas San

nuevo Nuncio en Madrid. Págin a 8.

de la revelación.

El viernes 29 del pasado, á las dos de la tarde,

Constantino hizo «un escándalo », como se dice

tuvo efecto en el salón del Trono del Real Pala

en el argot de bastidores, tan grande, que todos, amigos, compañeros y prensa, aconsejaron al há bil mecánico que abandonara el taller por la es

cio la recepción del nuevo nuncio de Su Santi dad Mons. Arístides Rinaldini, que antes desem peñaba igual cargo en Bruselas. En la capital de Bélgica ha hecho Mons. Rinaldini, arzobispo ti tular de Heraclea, su carrera diplomática. Hace veintisiete años que fué allí de secretario de la Nunciatura. Cuando ascendió á auditor ocurrió la

ruptura de relaciones entre el Gobierno de Frere Orbán y la Santa Sede, y habiéndose retirado el Nuncio apostólico, quedó en Bruselas Mons. Ri naldini como agente oficioso del Vaticano. Así permaneció hasta que, al reanudarse las relacio nes entre ambas potencias en 1885, fué nombrado nuncio Mons. Ferrata, á cuyo lado continuó dos años. En 1887 fué nombrado por el Papa inter nuncio en El Haya y en Holanda; volvió á Roma de sustituto en la Secretaría de Estado, en la cual

maneció cuatro años al lado del cardenal Ram

Ibolla. Cuando

Mons. Ferrata pasó de Bruselas á Pa

cuela de canto.

Constantino, sin embargo, desconfiando de sus condiciones líricas, no hizo caso de los consejos; pero se organizó una velada en el Club Español de Buenos Aires, y previas algunas lecciones del maestro Stiatessi, volvió á cantar, y tal fué el éxito de esta segunda audición, que el Club acor dó por unanimidad subvencionar al joven artista

para que decididamente se dedicase al arte lí 1"100.

El tenor Signoretti, á la sazón en la capital Ar gentina, se encargó de su enseñanza con tan feli ces resultados, que al año próximamente debutó en el Gran Teatro Solís de Montevideo con La

Dolores, ópera del maestro Bretón, desde cuyo punto pasó al Odeón de Buenos Aires, debutando en la misma ópera y alcanzando un verdadero triunfo.

rís, fué sustituído en la corte de Bélgica por mon señor Rinaldini, y cuantos recuerden las dificilí simas circunstancias por que ha atravesado este país, apreciarán seguramente el talento, discre ción y habilísimo tacto con que Mons. Rinaldini ha tenido que mantener los intereses de la Igle en medio de enconadas y repetidas discor

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Fué luego contratado para el teatro La Argen tina de la Plata, donde cantó Gioconda, Lucrecia Borgia, Cavalleria rusticana y Lucia. El artista iba alcanzando nombre á pasos agi gantados; pero la falta de medios materiales le

impedía completar su educación musical, hasta que el acaudalado tabaquero Méndez de Andés brindóle protección y lo envió á Milán.

1àS.

Su Santidad, al conferirle la nunciatura en

Constantino tuvo la desdicha de que muriera

Madrid, tuvo sin duda muy en cuenta sus aptitu des y merecimientos, y no es dudoso que su ges tión en España alcanzará, en no lejano plazo, la recompensa de la púrpura cardenalicia.

su protector, y los herederos no imitaron la ge

3 º

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nerosidad del difunto.

Constantino, sin capital, con esposa y cuatro hijos, volvió al terrible calvario; pero, hombre de gran entereza y portentosa consta mcia, siguió es tudiando como pudo hasta conseguir su primera

contrata formal en el teatro Ponchielli de Cre

tas de las basílicas romanas: la citada de San Pe

ExCMO. SR. MARQUÉS DEL BUsto.

dro, la de San Pablo, la de San Juan de Letrán y la de Santa María la Mayor. Las tres últimas fue ron abiertas, respectivamente, por los cardenales Oreglia, Satolli y Vannuteli (Vicente), legados

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a latere, con asistencia del clero y de gran nú

y Mendoza. Aquella famosa noche de su vida fué la noche

mona, en dos mil liras por cuarenta días. A la se gunda noche cogió un catarro y la empresa res cindió el contrato.

Entre las muy lamentables pérdidas de perso nas notables que la muerte nos va arrebatando, tenemos hoy el sentimiento de contar la del ilus

A estos contratiempos siguieron otros; Cons tantino fué víctima de la guerra de sus colegas y

tuvo que cantar hasta por cinco pesetas!, con