¿quién les ha pagado ó sobornado para que mientan y finjan esta noticia? Yo, por mÍ puedo decir, que nada les he pagado, y se la he oído varias veces á indios muy formales, como lo es el cacique Manquemilla, Meigurń y el cacique Antulicán, sin que me costase nada más que la paciencia de escucharlos.—Los demás indios refieren que por el otoño, ó como ellos se explican, cuando maduran los membrillos, todo el día se están oyendo los tiros que disparan aquellas gentes."
"Creen los mapuches, dice Subercaseaux en su Memoria de la campaña á Villarrica, que en los empinados flancos de las cordilleras de Trumpulu existe una fortaleza, la que con sus broncos y ásperos rugidos les anuncia el mal tiempo. Preguntamos á nuestro guía Painepichún, pluma celeste, el origen de esa creencia, y nos refirió que en el calizo seno de una alta roca que se levanta en la cima del cerro, habíanse refugiado algunos guerreros de los que con tanta bizarría defendieron el territorio en la época colonial, y que por medio de los sonidos que se escuchan a menudo, les recuerdan el deber que tienen de velar y luchar infatigables por la honra é independencia de la tierra."
Guempines.—Se llamaban así á los poetas araucanos.
Lauquén.—El haber dado este nombre primitivo del lago Villarica á la Ciudad Encantada es una de aquellas licencias que obtendrán—no es de dudarlo—indulgencia y venia del lector.
Pillán.—"Los araucanos ni conocen al verdadero Dios, ni tienen otros dioses falsos, ni ídolos que adorar, y así no saben de religión, culto ni adoración, ni tienen sacrificios, ni ofrendas, ni invocaciones. Solo invocan al Pillán, y ni saben si es el demonio, ni quien es." Rosales, Historia de Chile.
"El numen á quien su barbaridad rendía ligero culto, porque no había ningún exceso en su religiosidad, llamaban Pillán, y decían que habitaba en la cordillera ó volcanes, haciendo el trono de su deidad los horrores del fuego y humo, y decían que los truenos, rayos y relámpagos eran efecto de su poder o indicios de su indignación: y cuando ésto sucede, le invocan á voces, más con placer que con temor. Solicitaban tenerle propicio en los casos arduos, principalmente en la guerra al tiempo de acometer á los enemigos. Vibrando la lanza le llaman á voces, ceremonia que acostumbran no sólo para implorar favor, si también para expulsar el pavor. y que les dé espíritu de audacia y vigor, lo que no omiten aún en sus juegos de chueca." Pedro de Córdoba y Figueroa.
"El carácter que predomina en la fisonomía de los araucanos, es una altivez algo terca y excéntrica, mucha calma y sosiego. Molina dice: "Ellos reconocen un Ente Supremo, autor de todas las cosas, al que dan el nombre de Pillán, que quiere decir espíritu por excelencia." De cualquier bien que reciben, tributan su agradecimiento al Ente Bueno (Pillán) y le dan las primicias de la bebida que les encanta; mientras que en caso de desgracia, enfermedad ó muerte tratan de aplacar el enojo del Ente Malo (Epunamún). Por esta misma razón es que aun en la pelea más sagrada, la defensa de su patria, libertad é independencia, no invo-