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DE SÓCRATES

Lo de conservar la vida creia que no debía pedirse con humillaciones; antes bien, estaba convencido de que era la ocasión oportuna de morir: y que era esta su convicción, claramente se vió después de pronunciada la sentencia. Se le invitó primero á que conmutase la pena capital por una multa, [1] y ni accedió á ello, ni permitió a sus amigos que la entregaran, pues decía que condenándose á una pena pecuniaria tenía que confesarse culpaAunque sus pensamientos se elevasen más allá de los miserables símbolos que entonces adoraba la Grecia, respetó el culto legal de su patria, y aun seguía todos los ritos de la religión popular. Pensaba que la adoración de la Divinidad era una cosa tan santa en sí misma, que no había necesidad de contristarla aun cuando se equivocase de Dios.

(Lamart., obra citada.) No desenvolvió Sócrates una ciencia de Dios.

Le bastó combatir las representaciones antropopáticas de los dioses, reconocer la omnisciencia, omnipresencia y bondad de Dios en el gobierno del mundo, y sobre todo, la unidad de Dios sin dualismo ni limitación sensible ni panteismo, según conoce esta unidad el espíritu religioso. (Sanz del Rio, Revista citada.)


  1. La ley de Atenas autorizaba al condenado á rescatar su vida por un destierro ó por una multa, la cual tenía que imponerse él mismo, reconociéndose culpable. Fué condenado á beber la cicuta, brebaje empozoñado que daba la muerte en forma de sueño.