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28 LA CAMPAÑA

en la gloria, sus facultades en el cumplimiento del deber, adquiriendo su alma en este duelo de toda esperanza, el temple espartano de que tantas pruebas ha dado nuestro ejército en esta dura campaña.

Despues de haber hecho escala en Málaga, seguimos nuestro rumbo al África, y al amanecer del dia 21 pude contemplar el estrecho que separa aquella parte del mundo, del continente Europeo. La roca de Geb-el-Tarik aparecia coma desprendida del Continente, cual un inmenso areólito caido en el Mediterráneo; los marinos la llaman el hombre muerto por cierla vaga semejanza que desde allí represen ta su perfil; yo recordaba entonces que allí fijó su planta y dejósunombre el precursor de la invasion Agarena que ahora devolvíamos, Tarik; pero al pensar quien fuera su actual po- seedor, volví los ojos á mis compañeros de viaje, y ninguno de ellos habia podido mirar con sangre fria aquel padron de vergüenza; todos murmuraban amenazas, todos formulaban esperanzas, que al fin se realizarán más tarde: ó más tem- prano. Estábamos ya frente á las columnas de Hércules, Calpe á nuestra derecha y al frente Abila; representadas hoy por dos faros, aquel en la punta de Europa, este en el cabo de la Almina, que con sus luces señalan la entrada del Estrecho, 4 los que saben que merced á España hay algo mas allá: plus ultra.

Alli estaban frente á frente España y África, eternas enemigas, semejantes á dos campeones que se contemplan mútuamente antes de lanzarse al combate, y no pude me- nos de notar el contraste de su aspecto, que en aquel mis- mo sitio hizo esclamar á Biron . ... . .