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DE MARRUECOS.

reccion, despues de dar Muley-el-Abbás el grito de Alá akbar (Dios es grande), qus fué repetido con entusiasmo por los árabes.

Al dia siguiente de esta solemne despedida, se organizó el ejército de ocupacion que habia de quedar en Tetuán y en Céuta, para que el resto pudiera volver á España: con este motivo hubo que designar tambien el personal de plana mayor de Sanidad, que era necesario agregar al de la division del General Rios, para subvenir á las atenciones del aumento que este recibia, y de los hospitales que iban á quedar organizados en aquella plaza, que en garantía de la indemnizacion de guerra debíamos conservar por algun tiempo.

Yo fuí encargado de acompañar como Médico á la seccion del cuartel general que habia de ir con el Excmo. Señor General en Jefe á su regreso á la Peninsula, y con tal motivo, al caer la tarde del dia 97, me embarqué á bordo del vapor Helvetie, y contemplé por última vez con ávida mirada, el hermoso panorama que presentaba la llanura de Tetuán.

Al decir «adios» á aquel país que se presentaba tan hermoso, iluminado por los rojizos esplendores del sol Poniente, al escuchar los acordes de la música de los Vascongados que se deslizaba por el Guad-el-Jelú, en una barca acompañando al General, y al oir los cañonazos con que la Princesa de Asturias le saludaba, cruzaron veloces por mi mente todos los sucesos de aquella campaña, recordé todos los sufrimientos y todas las alegrias que en aquel país habia tenido, todas las emociones terribles ó gratas que me habian afectado, todos los peligros que en la tierra y en el mar me habian amenazado, y desde lo profundo de mi co-