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LA CAMPAÑA

al paso los datos para la estadística que durante la campaña ha llevado el Cuerpo de Sanidad , con toda la posible exactitud.

No hubo, felizmente, necesidad de practicar grandes operaciones; mi tarea se limitó en este punto á la estraccion de unos 30 proyectiles, de los que solo uno merece especial mencion. Se trataba de un soldado que tenia la herida en lo alto y en medio de la frente, y no ofrecía ningun síntoma alarmante en su estado general: el proyectil estaba alojado en la sien izquierda, entre los tegumentos y el cráneo, y para lograr su estraccion, no solo tuve que hacer mayor incision de la ordinaria, sino que por la falta de elasticidad del cuero cabelludo hube de hacer la incision crucial. La bala estaba completamente aplastada, y no era más que un segmento de esfera, cuya base tenia las dimensiones de una peseta. Este aplanamiento debia haber procedido de un violento golpe; y sin embargo, no habia fractura del cráneo, ni fenómeno alguno de conmocion; era preciso que aquella cábeza fuera de bronce, pues no de otro modo sabia darme razon de este hecho singular, hasta que tomé en mis manos el ros del herido, y aquí se descilró el enigma; en su chapa era donde se habia aplastado la bala, que luego penetró por la frente y se deslizó bajo la piel, hasta el punto de donde la había sacado.

Yarias hemorrágias se manifestaron, pero todas pudieron cohibirse con los astringentes y el taponamiento, sin necesidad de recurrir á la ligadura. En todo el curso de la campaña se ha observado esto mismo, pues rara vez eran heridas las arterias de alguna importancia; que no parece, como ya he dicho, sino que resbalaban bajo las balas esféricas.. Hubo, sin embargo, aquella noche algunas hemorrágias que llega-